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¿Cómo superar una crisis vital o profesional?

31-10-2018

Nos encontramos ante una crisis personal o profesional cuando experimentamos alguna de estas dos situaciones.

La primera, cuando sucede algo inesperado en nuestra vida y eso nos descoloca, nos bloquea y nos quita la tranquilidad y estabilidad de la que disfrutábamos. Ese hecho repentino hace que nos demos cuenta de que nos encontramos atrapados en un bucle del que no sabemos salir.

Ante ello, sentimos que no disponemos de herramientas para gestionar este cambio y eso nos genera malestar emocional.

Este bache puede ser causado, por ejemplo, por una ruptura sentimental, la llegada de un hijo inesperado, quedarse de repente sin trabajo, una mala noticia que nos afecta directamente, un cambio laboral que nos incomoda o un conflicto con alguien , entre muchos otros motivos.

La segunda situación ocurre de otra manera. No sucede nada inesperado, sin embargo nos sentimos insatisfechos, inquietos, desmotivados o cansados. La rutina y el día a día nos pesan. Nos damos cuenta de que en el trabajo, en nuestra vida de pareja, en la relación con los demás, no fluimos y ni vivimos la alegría y el goce que desearíamos. Tenemos sueños, proyectos, ilusiones, pero no encontramos el camino para sacarlos adelante.

Sentimos que no tenemos el control de nuestra vida. Sabemos que queremos un cambio, pero los miedos, las dudas, las inseguridades nos mantienen en estado de parálisis.

En nuestro interior escuchamos una llamada, una voz interna que nos invita a hacer caso a nuestro corazón. Sin embargo, hay algo que nos lo impide.

¿Por qué nos sentimos así? ¿Por qué nos es tan difícil gestionar determinados cambios? ¿Cómo salir de esta situación?

Lo que en realidad nos pasa es que en el pasado, durante nuestra infancia y adolescencia, adquirimos determinados aprendizajes que hoy ya no nos sirven. Para ser reconocidos, vistos y queridos por nuestros padres, por fidelidad a nuestro sistema familiar o para protegernos del dolor que experimentamos, adoptamos ciertos mecanismos de comportamiento que nos impiden conectar con nuestras necesidades, con nuestra autenticidad y grandeza.

Creamos, entorno a nosotros, como una prisión en forma de coraza, que nos impide ofrecer a los demás nuestra mejor versión.

Además de eso, vivimos en una sociedad donde nos han inculcado que la única manera de aprender es a través de recibir información. Nos hemos olvidado del cuerpo, de las emociones, de la espiritualidad.

Por favor, toma nota de esta frase:

En algún momento de la vida, renunciamos a ser nosotros mismos y nos encerramos en un prisión interna.

El problema, muchas veces, es que no somos capaces de ver estas rejas que nos aprisionan.

Salir de la zona de confort significa exactamente eso. Conocer nuestras rejas internas para poder derribarlas y, a partir de ahí, crear la vida que deseamos.

Para romper las rejas que creamos necesitamos darnos permiso para emprender un viaje interior.

Un viaje interior que implica desaprender para volver a aprender.

Para desaprender, no nos queda otra que armar el coraje de trascender el dolor de las heridas emocionales que aún escuecen.

Se trata de conectar con las emociones de manera profunda, y cerrar lo que nos queda pendiente para cerrar, porque eso nos sanará y nos abrirá a nuevas posibilidades.

Necesitamos conectar con nuestros valores, con lo que nos apasiona, y estar dispuesto a ver lo que no vemos de nosotros mismos, nuestras luces y sombras.

Para ello, también debemos revisar nuestros juicios, nuestro sistema de creencias, tomar conciencia de cómo interpretamos el mundo, de cuál es el lugar y papel que ocupamos y los vínculos que establecemos en nuestro sistema familiar y profesional, porque de ello  depende nuestra salud mental y emocional.

Se trata de desaprender aquellos hábitos comunicativos que ya no nos sirven, y aprender a relacionarnos y comunicarnos de manera más sana, porque si vivimos una crisis vital, seguramente tenemos muchas conversaciones pendientes con muchas personas.

Para salir de una crisis vital y profesional debemos atrevernos a explorar nuevos movimientos corporales, para que en el movimiento conectemos con la voluntad, la flexibilidad, la apertura y la estabilidad para abordar nuevos caminos y oportunidades

Superar una crisis vital y profeisional significa salir de la zona de confort, y ello requiere desaprender lo que aprendimos en el pasado y darnos permiso para habitar espacios de nosotros mismos que un día negamos, en relación a nuestra manera de pensar, de emocionarnos y de movernos a través de nuestro cuerpo.

Pere Berga

Coach Ontològic i Sistèmic

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