¿Sabes cuál es tu recurso más poderoso, que mueve montañas, que tienes dentro y que resulta infalible para aumentar la confianza en ti mismo y en la vida?
Aunque no lo creas, este recurso es la emoción de la ternura.
¿Qué lugar le das a la ternura en tu vida? ¿Cómo la vives hacia ti y hacia el otro? ¿Te has hecho esta pregunta?
Si se te hace difícil imaginar cómo la ternura puede llegar a ser tan potenciadora, piensa por ejemplo en cómo te has sentido cuando te han dado un abrazo con mucho amor, o cuando alguien te ha dado un masaje lento y cariñoso por todo el cuerpo.
Seguramente, después de recibir ese masaje, habrás experimentado esa sensación corporal de seguridad, de vivir en el aquí y ahora, y que no hay ningún peligro, de que puedes con todo.
Es éste el gran poder de la ternura.
Un niño que a lo largo de su vida no ha experimentado la ternura, con toda probabilidad en el futuro se sentirá inseguro y será difícil que confíe en sí mismo, en la vida y en los demás.
Julio Olalla, el gran maestro del Coaching Ontológico dice:
"Experimentar la ternura significa ser bienvenido en esta tierra"
La ternura es la emoción más poderosa que podemos experimentar, porque permite crear un espacio de seguridad con nosotros mismos, y con el otro, nos abre la puerta a conectar con amor hacia nosotros mismos y a crear relaciones sólidas, sanas y de cooperación.
La ternura es el puente más sólido que permite el encuentro entre dos almas auténticas, y buscadoras de amor. Permite el dar y el recibir desde el adulto.
En este mundo de cambios constantes y permanentes, donde reina la incertidumbre, y ante el miedo que nos provoca el futuro, lo que nos produce sosiego es pensar y sentir que podemos confiar en la ayuda y apoyo del otro, de la comunidad que me rodea. Y la ternura lo hace posible.
Sin embargo, sucede a veces que nuestras corazas nos impiden experimentar esta ternura.
Quizás porque en su momento no la recibimos, nos la castraron o porque en algún momento de nuestra vida, para evitar el dolor y sufrimiento, decidimos renunciar a ella.
Muchas veces, para los que hemos sufrido heridas emocionales muy profundas y hemos creado en nosotros corazas muy rígidas, el camino que nos lleva a la ternura es primero trascender de manera auténtica el dolor y la rabia, pasando por la vulnerabilidad.
Los profesionales que somos Gestálticos, sabemos que no es posible habitar la ternura más genuina si antes no nos hemos dado el permiso para experimentar nuestra agresividad y rabia más visceral.
La ternura también se puede entrenar desde los dominios corporales, emocionales, lingüísticos.
Comparto contigo algunos entrenamientos que te ayudarán a incorporar la ternura en la vida:
Si eres una persona que no suele expresar ternura o no estás familiarizado con esta emoción, no te preocupes. No es culpa tuya, aprendiste lo que aprendiste.
Eso sí, si quieres vivir una vida de plenitud, te tocará reaprenderla.
¿Cómo?
Según el modelo de Susana Bloch, la emoción de la ternura se puede entrenar a través de la respiración, expresión facial, y la postura del cuerpo, utilizando estos pasos.
Ya nos contarás si estas estrategias te han servido.
Una calurosa y tierno abrazo,
Pere Berga
Coach Ontológico, sistémico y relacional
www.pereberga.com
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